La moneda del país vecino se mueve al compás de la crisis europea. Más allá de la apreciación de ayer, los industriales argentinos temen que un fortalecimiento del dólar haga más competitivos a sus competidores brasileños. Expertos analizan el futuro del real y su impacto en el “made in Argentina".

La crisis que vive la Eurozona, y que las autoridades del Viejo Continente intentan encapsular con el colosal fondo de 720.000 millones de euros, se asemeja a una gran superficie donde cada ficha que cae, genera un “efecto dominó” con importantes efectos.
Así, cada vez que estornuda Grecia, no sólo se contagia Europa. Los efectos también pegan en el dólar, impactan en el real y, por último, provoca temor entre los empresarios argentinos.
El miedo de los industriales locales es muy concreto: más allá de la fuerte apreciación que experimentó la moneda brasileña ayer, tras los anuncios del “megapaquete” del domingo, gran parte de los analistas señalan que el real indefectiblemente terminará el 2010 devaluándose.
Y esto, traducido en negocios, implicaría una clara desventaja para los empresarios locales. No es para menos, ya que parte del futuro del “made in Argentina” depende principalmente de dos factores: el férreo control de las importaciones y un tipo de cambio competitivo o, por decirlo de otra manera, un dólar y un real caro y, por lo tanto, un peso desvalorizado.
Y lo cierto es que, hoy por hoy, los industriales están más pendientes de la moneda brasileña que del billete verde. Esto se debe a que el país vecino hoy adquiere casi u$s4 de cada u$s10 de los productos industriales que exporta la Argentina y, como contrapartida, desde ese mercado se importa el 35% de todo lo que ingresa bajo ese gran rubro.
Y el “subibaja” en el que se embarcó el real en lo que va del año causó fuerte temor entre aquellos empresarios que dependen de un tipo de cambio ultracompetitivo, ya sea a la hora de salir al exterior o para hacer frente al ingreso de bienes importados. En efecto: la semana pasada, cuando la crisis helénica se desparramó como un virus sobre los mercados internacionales, el real se devaluó un 6% con respecto al dólar, siendo la mayor pérdida de valor en meses, como muestra la infografía

Sin embargo, tras el anuncio del “megafondo” europeo, este lunes la moneda brasileña se apreció casi un 4%, la mayor suba desde noviembre de 2008.
Esto no alcanzó para revertir la tendencia de todo 2010, dado que el real ya se devaluó casi un 2%, es decir que los hace más competitivos frente a los productos argentinos.
En este contexto, el economista Pablo Rojo destacó que “las monedas en el mundo cayeron y el real brasileño fue uno de los más afectados porque se produjo una suerte de flight to quality, que provocó que el dólar se convirtiera en el refugio por excelencia para los inversores. Sin embargo, el paquete que armó Europa evidentemente fue convincente y se revirtieron los movimientos de la semana anterior. En esto fue clave incluir al Banco Central Europeo, que ahora está habilitado para comprar deuda en el mercado, el último gran tabú que quedaba para llevar tranquilidad”.
Sin embargo, hasta antes de la apreciación de ayer, los empresarios argentinos, por varios días, estuvieron en una situación de alerta, pendientes del "minuto a minuto" de la moneda del país vecino.
En diálogo con iProfesional.com, Hugo Ganim, presidente de la Cámara de Fabricantes de Artefactos de Gas (Cafagas), que nuclea a empresas como Orbis, Longvie y Gafa, reconoció que los grandes rivales son los industriales brasileños y lo que suceda con su moneda es decisivo para su negocio.
“Hoy estamos más pendientes del real que del dólar, de eso no hay duda, porque ellos tienen una industria poderosísima y, con que se vuelvan un poco más competitivos, a nosotros nos puede perjudicar enormemente”, destacó.
Ganim reconoció que, cuando la semana pasada el real se devaluó, regresaron los temores de épocas que prefiere olvidar: “Nunca nos vamos a olvidar de lo que sucedió en el 99, cuando el real se devaluó y después nos pasaron por encima. Por eso todos los días miramos la cotización con mucha preocupación”.
”Si hubiese continuado la devaluación que se inició los otros días sería grave porque, apenas tienen un incentivo, los brasileños nos invaden el mercado”, disparó.
Por su parte, Raúl Zylbersztein, secretario general de la Confederación General Empresaria de la República Argentina (CGERA), que nuclea a empresas de diversos sectores, como indumentaria, calzado, avícola y juguetes, aseguró que “todas estas oscilaciones nos hacen pésimo. Atentan contra nuestro negocio”.
Según el directivo, “el efecto serrucho que tiene la cotización del real provoca que desistan de importar desde la Argentina. Prefieren comprar en su propio mercado, pagar y cobrar en reales y no jugarse a importar más barato en nuestro país porque temen que la moneda se devalúe y después salir perdiendo”.
Sucede que, cuando se realiza una operación de venta internacional, el empresario en Brasil hoy en día corre el riesgo de pasar hasta 120 días expuesto a una potencial devaluación.
“Cuando el cambio está estable y se va moviendo lentamente, en forma tranquila, es más probable que haya más negocios que con estas estampidas bruscas. Esto directamente es una tómbola”, disparó Zylbersztein.
El directivo de la CGERA recalcó que “esto está perjudicando a numerosos sectores empresarios argentinos, sobre todo a los que exportan bienes industriales”.
La delgada línea roja
En estos momentos, la moneda brasileña está en 1,77 por dólar. ¿Cuál es el nivel en el que el “made in Argentina” se podría ver realmente dañado?
Mauricio Claverí, economista de Abeceb.com, sostuvo que “el real puede empezar a complicar a varios sectores industriales una vez que cruce la línea de los 2,10 por dólar”.
El experto no dudó al asegurar que, “en caso de que llegara a darse esta fuerte devaluación, los empresarios más golpeados van a ser los de sectores como autopartes, textil, juguetes, electrónica, celulares, televisores y línea blanca, principalmente cocinas, lavarropas y heladeras”.
El futuro del real
En este contexto, ¿qué posibilidades ciertas hay de que la moneda brasileña comience a transitar un sendero de devaluación y ponga en riesgo a la industria local, en momentos en que el dólar aparece como refugio de los inversores?
Desde sus oficinas en San Pablo, el analista Gustavo Segre, sostuvo a iProfesional.com que hay dos escenarios: “Si el megafondo surte efecto, como demostró al menos este lunes, no debería haber mayores variaciones y el real seguiría firme, con una muy leve depreciación”.
Si, en cambio, “el escenario se torna negativo y la crisis europea no puede controlarse, el tipo de cambio podría ubicarse por encima de los 2 reales por dólar”.
A la hora de analizar las causas, el experto destacó que “en primer lugar, esto se debería a que habría una caída de las exportaciones brasileñas a Europa y esto provocaría una menor entrada de divisas y un achicamiento fuerte del superávit comercial, con lo cual, se tendería a apreciar el dólar”.
Además, destacó que “si la crisis se agrava, los capitales de corto plazo naturalmente se irían a títulos de la deuda del tesoro americano, y esto sería grave porque en Brasil hay muchos capitales especulativos que saldrían a comprar dólares ante una nueva señal. De hecho, antes de la crisis de 2008 había u$s340.000 millones en inversiones de corto plazo y ahora la cifra supera los u$s500.000 millones. La situación podría ser complicada”.
Sin embargo, Segre recalcó que “esta devaluación sería únicamente por cuestiones coyunturales y no estructurales”. De este modo, “en teoría consideramos muy difícil que esto se prolongue en el tiempo. Estaríamos hablando de un efecto que no sería de mediano ni largo plazo y rápidamente todo volvería a la normalidad porque la economía de Brasil está muy sólida”.
Así, para fin de año, el experto prevé que la moneda brasileña estará en el orden de los 1,80 por dólar, lo que implicaría una pequeña devaluación del 3% para todo el año.
En este contexto, no dudó en afirmar que “las oportunidades en Brasil continuarán para los empresarios argentinos”.
Por su parte, Pablo Rojo no dejó lugar a dudas: “El tema Grecia, Portugal y España está terminado. El mercado pedía que ingrese el BCE y las medidas fueron tomadas. Por eso, a partir de ahora, el real volverá a tender a revaluarse”.
Sin embargo, para el ex presidente del Banco Hipotecario, esto no será suficiente para lograr que el “made in Argentina” salga bien parado: la presión inflacionaria, sumado a un dólar que permanece planchado en el país, provocará que la competitividad cambiaria indefectiblemente retroceda.
“Vamos a perder competitividad con Brasil, de eso no hay dudas. La suba de costos con un tipo de cambio estable es una combinación nefasta”, disparó Rojo.
En la misma línea, Osvaldo Cado, economista de Prefinex, sostuvo que “en Brasil siguieron entrando capitales y, más allá de la devaluación de la semana pasada, al gobierno de Lula le sigue costando depreciar el tipo de cambio.
Para fin de año, desde la consultora prevén que el real estará en el orden de los 1,85 por dólar a fines de año, es decir, una devaluación nominal del 6% en 12 meses. Sin embargo, “la Argentina igual habrá perdido terreno”, destacó el experto.
Sucede que, para evaluar la competitividad entre ambos países es clave analizar el tipo de cambio real bilateral, que mide las cotizaciones y los índices inflacionarios a cada lado de la frontera:
Actualmente, cada real equivale a 2,35 pesos argentinos.
Para fin de año, con un dólar que en el plano doméstico avanzaría apenas unos centavos más y una inflación cercana al 25%, el tipo de cambio real con respecto a Brasil se ubicaría en 2,25 pesos por real.
De confirmarse estos valores, en 2010 la Argentina habría perdido un 10% de competitividad con respecto a Brasil.
De este modo, Cado no dudó al afirmar que “se deprecie o no el real, los industriales argentinos van a salir a reclamar porque les suben los costos y el dólar se va a mover muy poco”.
Un plan “a la medida” del temor argentino
Por otra parte, hoy por hoy un foco de preocupación extra entre los empresarios se generó tras el reciente anuncio por parte del gobierno brasileño de un paquete de estímulo de medidas de estímulo a las ventas externas.
Presionado por la caída del superávit y la mayor competencia internacional, Brasil decidió:
Crear un fondo garantizador de comercio exterior, que operará en una etapa inicial con reservas de 12.000 millones de reales (unos 6.800 millones de dólares) para que los exportadores de ese país cuenten con respaldo al salir al exterior.
Se acelerará la devolución de parte de los tributos pagados por empresas que destinen a mercados externos más del 30 por ciento de su producción. Ese proceso, que hoy llega a tardar cinco años, será abreviado a 30 días.
El paquete de medidas incluye además la creación de una línea de crédito de 7.000 millones de reales (unos 3.980 millones de dólares) para las exportaciones de bienes de consumo. La financiación será concedida por el Banco de Desarrollo de Brasil (BNDES), a tasas de interés de entre un siete y un ocho por ciento anual.
El presidente de Cafagas alertó que “estos planes hay que seguirlos muy de cerca, porque le pueden hacer mucho daño a la industria argentina. Todo esto puede derivar en una competencia muy fuerte de cara al futuro mientras tanto sigamos teniendo esta escasez de financiamiento”.
Juan Diego Wasilevsky