La decadencia argentina suele verse en muchos sectores de la vida diaria, y sin duda, el avance a principios de año de la epidemia de dengue que azotó a buena parte del país, más la pandemia por la denominada Influenza A (H1N1) o conocida como gripe aviar, muestra el estado de desatención por parte de las autoridades sanitarias sobre las medidas necesarias prevención en la población, y en cómo se dan a conocer dichas medidas a la ciudadanía.
La situación de la Salud en la Argentina ha ido deteriorándose con el paso del tiempo, hasta llegar al estado calamitoso que tiene hoy en día. La falta de inversión que el Estado ha venido realizando en las últimas décadas ha sumergido al sistema de Salud en una crisis terminal, que hace que para salir adelante se tenga que invertir, además de mucho dinero, muchas horas de trabajo hombre para levantar la atención sanitaria en nuestro país.
El brote de dengue que viene sufriendo la Argentina en los últimos meses, más el aumento de enfermos por el mal de chagas, no hacen más que demostrar que nuestro país está sumergido de lleno en el tercer mundo que tanto se encargo de denostar durante la década del ’90, queriendo hacerle creer a los argentinos que vivíamos en una panacea primermundista.
La nueva pandemia de Gripe A, ha creado en la población argentina una especie de psicosis muy grande, hecho que ha motivado que hoy por hoy los argentinos hayan cambiado totalmente los hábitos que se venían manteniendo hasta el momento, suspendiendo en muchas ciudades los espectáculos al aire libre, teatros, bingos y negocios, provocando cierto caos en sus respectivas sociedades, que a pesar de todo asumen con pasividad estas medidas debido sobre todo a la gravedad que está teniendo la enfermedad en la población.
Hace unos años atrás parecía imposible que la Argentina pudiera volver a tener fuertes brotes de enfermedades de este tipo, pero las sucesivas administraciones han sumergido a nuestro país en una profunda crisis que lo ha llevado a estar al nivel de los países más pobres en este sentido. Basta recordar el profundo brote de cólera que hubo en la Argentina a principios de los ’90, cuando el gobierno de Menem decía que habíamos dejado atrás el retraso para entrar de lleno al progreso.
Los números de la imprevisibilidad
La situación actual no hace más demostrar que en nuestro país hay poblaciones más vulnerables a enfermarse, los gérmenes van reproduciéndose más en ciertos grupos poblacionales. No hay una distribución equitativa de las enfermedades, ya que por ejemplo la epidemia del dengue, muestra que hay zonas de Chaco que no cuentan con agua corriente, y a medida que la pobreza avanza sobre la población, más desinformación sobre los métodos preventivos existe.
Distintos centros de estudios nacionales y extranjeros, analizaron cómo reaccionó la población ante al avance de estas enfermedades en nuestro país. Un trabajo del Centro de Investigaciones en estadística aplicada (CINEA) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero mostró que más del 80% de los habitantes de Capital y Gran Buenos Aires cree que puede contraer la Influenza A H1N1.
Entre las conclusiones a las que llegó el trabajo efectuado por el CINEA, destaca que las personas de sexo femenino se manifiestan más preocupadas por el contagio de la gripe A que los hombres: 50% versus 34,4%. También, que el 50% de las personas más instruidas (con estudios terciarios o universitarios) tiene temor a la enfermedad, mientras que entre las personas con nivel primario o sin instrucción el porcentaje baja al 40%.
La encuesta, realizada en forma telefónica entre 658 personas en los primeros días de julio, deja en claro que tres de cada cuatro entrevistados considera que la probabilidad de contagio del virus A (H1N1) es alta (48,5%) o muy alta (25,4%). También el 60% de las personas encuestadas entiende que la posibilidad de que esta enfermedad se complique y desencadene la muerte de quien la padece es alta o muy alta.
Otro estudio llevado adelante por la encuestadora Livra, da cuenta del alto nivel de gente que se muestra preocupada en la sociedad argentina por la posibilidad de contagiarse del virus de la Gripe A ; es así que el 53,4 % de nuestros compatriotas teme contagiarse, cuando hace unos dos meses sólo el 22,7 % contemplaba esa posibilidad.
En otra parte del análisis realizado por Livra, da a conocer que la gente cada vez más decide tomar medidas por su propia mano para tratar de no infectarse de este virus, y toma precauciones que muchas veces distan de ser las más indicadas para estos casos. La primera parte de la encuesta, que se efectuó a principios del mes de mayo, mostraba que el 40% aseguraba ser precavido respecto de la enfermedad contra el 84% actual. Más del 78 % dice lavarse las manos todo el tiempo y más del 52,4% evita visitar a lugares en los que se hayan detectado casos de gripe A o haya sospechas.
El sondeo de Livra (incluyó a 1.760 personas de 14 a 74 años en Argentina, México, Chile y Brasil) indica que los argentinos son pesimistas y no ven una buena evolución de la gripe A. El 53% cree que la situación empeorará en las próximas semanas. Para el 80%, se deberían suspender todos los espectáculos y actividades públicas.
Por su parte, con el avance del dengue a principios de año, y que muchos analistas temen que se pueda volver a producir en unos meses con la vuelta del calor, los argentinos se mostraron tan preocupados y a la vez tan desinformados, como mostró esta nueva pandemia de Gripe A, lo que muestra la imprevisibilidad que reina en este sentido.
Un trabajo hecho por el Programa de Estudios de Opinión Pública de la Universidad Abierta Interamericana (UAI) en el mes de abril, mostraba cómo entonces los ciudadanos se sentían respecto de la epidemia de dengue, y si los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires estaba preparada para contener una epidemia de estas características y en que medida creían estar informados sobre lo que es el dengue.
En la primera pregunta, cuando se le preguntó a los entrevistados sobre su sensación de vulnerabilidad respecto a la epidemia nacional de dengue, se encontró que las posturas se mostraban equilibradas, ya que un total de 34,6% se sentía totalmente vulnerable (8,3%) o bastante vulnerable (26,3%) y un total de 31,8% se sentía poco (22,5%) o nada vulnerable (9,3%), finalmente el 26,5% se sentía relativamente vulnerable.
Por otra parte, en la siguiente pregunta que se realizó en el trabajo de la UAI , se le consultó a los entrevistados cuan preparado creían que estaba el Gobierno de la Ciudad frente a una posible epidemia de dengue. La sensación general fue que el Gobierno de Mauricio Macri no está bien preparado para enfrentar una problemática de ese nivel. El 34,1% cree que el gobierno no está preparado para enfrentar una epidemia de dengue, el 18% cree que está Nada Preparado y el 26,1% creía que está poco preparado, contra el 19,9% que cree que está preparado (compuesto por el 7% que creía que está totalmente preparado y el 12,9% que está bastante preparado. Finalmente el 19,5% creyó que está relativamente preparado y el 16,5% que declara No saber, o prefiere no contestar.
Finalmente, el estudio intentó determinar cual es el nivel de información que la población cree tener sobre el dengue. Un 33% de los encuestados declaró que conoce con total (12,9%) o bastante (29,1%) certeza sobre lo que es el dengue, de donde proviene y cuáles son las acciones para prevenirlo. Mientras que el 32,6% dice saber relativamente, y el 14,1% dice tener poca certeza sobre lo anterior y el 6,8% nada.
Lo importante de la pregunta anterior fue que a medida que descendemos en el Nivel Socio Económico del encuestado estos declaran tener menor certeza sobre lo que es el Dengue y como se previene. Aquellos sectores más expuestos, son los que menos información tiene. Cuando evaluamos los datos encontramos que el 61,9% de quienes respondieron del Nivel Socioeconómico Alto tienen Total o Bastante certeza que es el dengue, de dónde proviene y cuáles son las acciones para prevenirlo, mientras que los encuestados que pertenecen a la Clase Media sobre lo hacen en un 46,3% y sólo un 24,3% de los ciudadanos que pertenecen a la clase social baja tienen certeza de esta información.
Frente al 44,1% de las encuestadas mujeres que dicente tener total o bastante certeza sobre que es el dengue, de donde proviene y como se puede prevenir, solo el 39,2% de los hombres dicen tener la misma información.
Todos estos datos de los estudios efectuados por centros de estudios tan prestigiosos de nuestro país, dejan en claro que la gente no sabe las formas de prevenir el avance de estas enfermedades que azotaron y azotan a nuestro país, no hacen más que mostrar el retroceso que ha sufrido el sistema de Salud en la Argentina desde hace décadas, y que no hace más que tirar abajo a un país que en materia sanitaria no hace más que descender a niveles nunca antes conocidos.
Una situación compleja la que vive nuestro país con respecto a estas graves enfermedades, y que desde las autoridades sanitarias todavía no se le ha dado la debida importancia y que puede llegar a agravarse con el correr del tiempo en caso de que no se tomen las medidas necesarias para acabar con este tipo de flagelos que avanza en el mundo entero.
El no querer reconocer la realidad lleva como tantas veces a los funcionarios nacionales a estrellarse nuevamente contra un iceberg, lo que no se evalúa también como siempre es la capacidad de daño que estos temas producen en las entrañas de la Nación , seria conveniente que se tomara algún día conciencia de la gravidez por donde se transita, sino en vez de rememorar la gesta de mayo habría que hacer un festejo por el todavía no regreso de la "fiebre amarilla".
Sólo con una fuerte política de Estado que tienda al mejoramiento gradual y sustancial de la situación social, que lleve a un mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos, que procure atender las causas y no que atienda los hechos consumados, el sistema de Salud argentino podrá volver a recuperar la excelencia que supo tener en una época, y evitar que se siga cayendo en el desgaste y deterioro de las últimas décadas.