ASÍ FUNCIONA EL CIRCUITO DE LOS REMEDIOS ADULTERADOS
Protección política
Hay tres categorías de remedios ilegales: los robados, los vencidos que se siguen comercializando y los adulterados. Estos últimos son los medicamentos que sufren alteraciones en su composición, se les cambian las drogas caras por sustancias baratas y pueden provocar la muerte del paciente. Algunos empresarios farmacéuticos se hacen de contactos políticos en el Estado para acceder a las prestaciones a obras sociales o a los ministerios de Salud. A cambio, muchos aportan cheques millonarios para financiar las campañas electorales. Héctor Capaccioli fue el recaudador. Néstor Lorenzo aportó casi un millón de pesos a cambio de contratos y protección política.
Complicidad policial
Un empresario del rubro que pide reserva de identidad remonta una anécdota que hizo famoso a Sebastián Forza, antes de su asesinato, en agosto de 2008. “Sebastián te vendía medicamentos ilegales en negro, el cliente le pagaba en efectivo. Cuando salía de la farmacia, el pibe lo hacía seguir por un patrullero amigo. Los policías interceptaban al cliente, le pedían factura y, ante la negativa, porque Sebastián nunca les entregaba facturas, le secuestraban las drogas. Sebastián se quedaba con la guita y recuperaba la mercadería.” La Justicia también sabe que algunos sectores policiales avisan a las droguerías que van a ser allanadas, a cambio de dádivas.
Los laboratorios
Son los que fabrican los medicamentos pero se crearon intermediarios para vender los remedios al Estado, prepagas y obras sociales, como las droguerías y farmacias. Estas se crearon para un “mejor financiamiento” de la compra-venta de medicamentos costosos, dicen en el rubro, pero terminaron siendo un filtro para los controles oficiales. “La contabilidad de las droguerías es mucho más endeble que la de los laboratorios, donde las casas matrices tienen que rendir cuentas de las finanzas. Por eso, a la hora de recibir y pagar coimas, es más fácil dibujarlo en la droguería que en el laboratorio."
Droguerias y farmacias
La Justicia comprobó que las empresas que comercializan remedios ilegales tienen un modus operandi que las vuelve difíciles de identificar. Cada tres o seis meses, las droguerías truchas cambian de razón social y se mudan de edificio. En general, los empresarios que adulteran medicamentos compran droguerías o farmacias que quebraron –muchas veces ellos mismos les piden la quiebra– y se adueñan por un tiempo de sus instalaciones y su nombre para adulterar remedios y venderlos. Por esa razón, estiman que Lorenzo está vinculado a tantas empresas farmacéuticas.
Sindicalistas
Las obras sociales sindicales compran medicamentos a las droguerías y farmacias. Para los tratamientos de alta complejidad –los más costosos–, como cáncer, sida y hemofilia, reciben reintegros de la Administración de Programas Especiales (APE), en la Superintendencia de Salud. Esos fondos son derivados de los aportes de los trabajadores. Cuando Ocaña llegó al Ministerio de Salud, comenzó a exigir a los sindicalistas que justificaran con documentación fidedigna los tratamientos que el Estado debía cubrir. En el caso de San Javier, la droguería tenía un acuerdo con el líder de La Bancaria, Zanola, para cobrar directamente los reintegros del APE, y se creó un fideicomiso a beneficio de San Javier.
FUENTE: Diario PERFIL