El dirigente del Partido Obrero afirmó que el gobierno estadounidense y la UIA “están atrás de una nueva ola noventista” y definió al conflicto en Kraft como “un caso testigo de un movimiento mucho más grande que se está gestando entre los trabajadores contra la burocracia sindical”. El caso de los empleados del subte, de los estibadores del Puerto y los posibles estallidos en Arcor, Fargo, Stani y Pepsico.

“El conflicto en Kraft es la punta de un iceberg de un cambio que se está gestando en el movimiento obrero”, definió el dirigente del Partido Obrero, Néstor Pitrola a La Política Online y confirmó, así, que el Gobierno se enfrenta a un nuevo actor político, uno que lo corre por izquierda.
¿Qué hay debajo de esa punta de iceberg?
Ha expresado una tendencia de la clase obrera que quiere sacarse de encima una burocracia sindical que no va más. La huelga duró 38 días hasta el viernes, cuando han intentado quebrarla con infantería con el sindicato de la Alimentación y de la CGT del lado de la patronal.
Eso demuestra que en el medio fracasaron los intentos de la patronal de quebrarla por hambre, o través de los capataces que querían poner a andar las líneas de producción, o de la burocracia de (Rodolfo) Daer que jugó con su gente al interior de la fábrica para levantar la huelga. Pese a todo, los obreros siguieron respaldaron su representación sindical, que es independiente, que tiene un método de representación y de asamblea interno. En cambio, la burocracia sindical busca quebrar los conflictos desde la vereda de enfrente.
Los 2.700 trabajadores respaldaron a su cuerpo sindical y defendieron a los compañeros despedidos. La comisión interna son 10 delegados, pero después también hay 40 delegados de sección, que han sido despedidos.
Pero por ley, la empresa no puede echar a los representantes sindicales…
A los 10 de la comisión interna no porque tiene la protección gremial, pero a los otros 40, Daer no los reconoció nunca y no tienen esos fueros. Algo que da cuenta de que el propio Daer está atrás de este ataque de la patronal a la organización sindical de la empresa.
Los empleados del subte hoy pelean por que el Ministerio de Trabajo les reconozca al gremio separado de UTA, algo parecido a lo que reclamaban los estibadores del Puerto de Buenos Aires. ¿Hay una tendencia de los trabajadores a plantarse por fuera de la dirigencia de la CGT?
Todos ellos forman parte de la tendencia de los trabajadores a romper con la burocracia sindical. En algunos casos lo hacen conquistando un cuerpo de delegados, en otros, una seccional como es el caso de los Suteba combativos o los sindicatos de docentes universitarios, y en otros, constituyendo un nuevo sindicato, como es lo que quieren los trabajadores del subte.
Acá hay una mafia sindical. Muestran una fragmentación, pero forman parte de una misma casta ligada al poder patronal y al poder político y teñida en una enorme corrupción como se ha mostrado en el problema de las cajas negras de (Juan José) Zanola, las estafas con los remedios y las vinculaciones de esas cajas de las obras sociales con la campaña electoral de Cristina Kirchner y Julio Cobos.
¿Qué rol juega el Partido Obrero en esta "tendencia"?
El Partido Obrero está trabajando intensamente en la base de los obreros para desenvolver esta tendencia de desembarazarse de la mafia sindical.
Lo llamativo es el grado de organización que hubo en las últimas manifestaciones. Ayer por el conflicto de Kraft, en poco tiempo distintas organizaciones, entre trabajadores, desocupados de agrupaciones piqueteras y estudiantes que responden a la FUBA, bloqueaban los accesos a Capital, ¿quién coordina estos movimientos?
Eso tiene que ver con la existencia de organizaciones territoriales y organizaciones sociales que tiene capacidad de movilización. Estas organizaciones son hijas del argentinazo de 2001.
Defender este proceso, contribuye a su propia lucha. Las organizaciones estudiantiles que pelean contra la liquidación de la educación pública, ven reforzar su fuerza con el del movimiento obrero. Y otros gremios creen que si ganan los trabajadores en Terrabusi, ellos también pueden reforzarse contra su burocracia y su patronal. Kratf es un caso testigo.
Y hay una impronta en el PO de asumir el método de los piquetes, como lo hicieron los trabajadores de la ex Terrabusi. Lo importante es la constitución de centenares de agrupaciones sindicales que disputan por una nueva dirección del movimiento obrero. Nosotros impulsamos agrupaciones antiburocráticas que se basan en asambleas de fábrica.
Dijo que Kraft es un caso testigo, ¿en qué otras empresas notan este movimiento?
En el sindicato de la Alimentación hay muchos cuerpos de delegados opositores. En Arcor, en la localidad de Salto, en Fargo, en Moreno, en Stani en San Fernando, en Pepsico, en la zona norte, y la Terrabusi que conmovió a todo el país por la huelga y el corte. Y eso sólo en este sector, pero así pasa en cada gremio.
Lo de Kraft, ¿tomó por sorpresa al Gobierno?
Lo que claramente hizo es ponerlo en crisis. El Gobierno ha actuado del lado de la multinacional. En 38 días de huelga, no hicieron nada, no intervinieron. Dictó primero una conciliación, la empresa la violó y el Ministerio no hizo nada. Y ahora Cristina Kirchner y Daniel Scioli mandaron la infantería por pedido de la embajada de EE.UU., lo que indica una cobardía espantosa. Y (Hugo) Moyano dio la señal para actuar cuando dos días antes de la represión dijo que era un paro de los izquierdistas.
Después del discurso de “no reprimir las protestas sociales”, llamó la atención la presencia de infantería…
Ojo que el Gobierno ya había reprimido huelgas. Lo hizo con los petroleros de Santa Cruz, los portuarios de Mar del Plata y con los del Casino. Pero esta vez fue por mandato de la Unión Industrial (UIA) y de la embajada de EE.UU. Esto es un cuadro nuevo.
Detrás del conflicto en Kraft hay una idea de flexibilización laboral ligada a la fusión con Cadbury que se discute a nivel internacional y que será del orden de los U$S 17.000 millones. Cadbuty sería absorbida por Kraft. La UIA está atrás de una nueva ola noventista en materia de relaciones laborales. El movimiento obrero tiene que elaborar un programa para defenderse de esta nueva embestida del empresariado que nos quiere hacer pagar la crisis. Y no surge ni del moyanismo, ni del barrionuevismo, ni de ninguna de las centrales sindicales, se está elaborando por abajo.
¿Esta olla a presión comenzó a destaparse con el fallo de la Corte que permitió la libertad sindical?
Nosotros lo vemos al revés. La Corte está buscando canalizar en un nuevo esquema que incluiría cierta libertad sindical, un movimiento que tiene un alcance muy superior al que tiene el fallo. Es un fenómeno de fondo, está en discusión la forma de conducción del movimiento obrero.
COMENTARIO DE LECTORES
Gabriel
29-09-2009 18:27
No nos damos cuenta pero K. abrió la Caja de Pandora. Hay mucho odio social, mucho resentimiento y mucha bronca con hambre de verdad, armas por doquier e Iran Chavez y EE.UU jugando con nosotros en el medio. Lamento decirles estimados foristas que esto termina muy pero muy mal.
Luchi
29-09-2009 17:58
Y LA CGT DONDE ESTA PARA DEFENDER LA FUENTE DE TRABAJO O LO QUE DEFIENDE ES LA FUENTE DEL GOBIERNO