El líder de la Corriente Clasista Combativa advirtió que la crisis fiscal que sufren las provincias podría desembocar en el pago de salarios con bonos “lo que significa una reducción del 30% del poder adquisitivo de los trabajadores”. Señaló que se suma a esto un inminente tarifazo del gas, lo que “ agravará la tensión social”.
Alderete, nacido hace 57 años en la ciudad de Salta, accedió a charlar sobre el creciente conflicto social que hoy volvió a sumir en un caos de protestas a la Ciudad de Buenos Aires. Este ex obrero metalúrgico y del sindicato de Camioneros, no ahorró críticas hacia Néstor Kirchner y la “burocracia sindical de la CGT.
En los últimos cortes de ruta, tomas y distintos conflictos sindicales, fue notable ver una coincidencia en el rechazo a la CGT y en particular a Hugo Moyano…
Sí. Nosotros lo veníamos anticipando algunos meses atrás. Decíamos que la crisis nos iba a tocar y que iba a agudizar los problemas existentes, como la pobreza y la indigencia. Por eso, proponíamos una ley que impida los despidos y las suspensiones, para que estas empresas, que acumularon una fabulosa ganancia en estos seis años de crecimiento económico, no descarguen la crisis sobre los trabajadores. Sabíamos que las cosas iban a explotar por los aires.
¿Por qué centran la crítica en la CGT?
Porqué ante la agudización de la pobreza, del hambre, de la desnutrición de los chicos, no podemos esperar nada de los sindicalistas tradicionales que lo único que hacen es preocuparse de su bienestar, de hacer negocios con el Estado, de conservar el poder y el sillón en el sindicato.
¿Y si son tan ineficaces, cómo se explica que conserven el poder durante décadas?
Conservan el poder porque hacen fraude permanentemente en los gremios. Aquél que aparece como opositor lo hacen echar de la planta en la que trabaja, al que se presenta en las elecciones lo aprietan, se inflan los padrones. Es muy difícil poder competir para sacarles la dirección en los sindicatos.
¿Está diciendo que el modelo sindical actual está obsoleto?
No, pero sí parece obsoleta su actual conducción, como quedó demostrado con el caso Terrabusi. Deberían jugarse el pellejo como se lo juegan los compañeros de la comisión interna de Terrabusi (Kraft). Estos últimos demostraron que así se defiende el clasismo, así se defiende a los trabajadores. Esto puede marcar un hito en el sindicalismo en la Argentina.
¿Qué papel tiene el Gobierno en este contexto?
El Gobierno dice una cosa y hace otra. Un gobierno que dice ser popular no puede estar contra los trabajadores, contra los pobres e indigentes. Un gobierno que se dice nacional no puede darle toda la venia a una empresa monopólica yanqui. Se está sincerando el carácter de este gobierno en la disputa con Terrabusi. Primero se lavó las manos y cuando tomó posición, lo hizo a favor de la empresa. Aníbal Fernández podría haber negociado con la empresa y con los trabajadores, en vez de mandar la caballeriza. Cuando uno manda a la caballeriza se hace la imagen del 2001. No hacía falta pegarle de la forma que les pegaron a los trabajadores de Terrabusi. Pnesaron que nos iban a amedrentar y pasó todo lo contrario.
Usted sostiene que el conflicto se va a agravar…
Exactamente. Estamos juntando distintos pensamientos y organizaciones para pelear juntos, porque si peleamos separados quedamos inmovilizados porque son muy poderosos aquellos con quienes tenemos que luchar.
¿En los medios ya se habla de “estallido social”, usted cree que la actual situación puede desembocar en ese tipo de cuadro político?
Nosotros no somos inocentes y sabemos que algunos sectores empujan para ese lado. Pero si ocurre, va a ser responsabilidad pura y exclusiva del gobierno. Deberían solucionar aunque sea en algo los problemas que tiene la gente, en lugar de ponerles motes, descalificarlos. Dicen son de extrema izquierda, pero lo único que quieren los obreros es alimentar a sus familias.
Cuasimonedas y despidos
¿Existe alguna similitud entre la actual situacióny la crisis del 2001?
Hay una situación parecida, pero no igual que en el 2001. No nos podemos olvidar que venimos de seis años de crecimiento ininterrumpido, y eso no pasó antes del 2001. Todos sabíamos cómo veníamos desde 1999. Pero ahora algunas provincias ya están preparando las cuasimonedas, que cuando aparezcan significarán lisa y llanamente reducción salarial. Porque los estatales que cobren en cuasimonedas tendrán de buenas a primeras un descuento del 30 al 40 por ciento, y no se van a quedar quietos.
¿Temen que haya más despidos?
Sí, van a haber muchos más y por eso decimos que tiene que haber una ley que impida que las empresas trasladen la crisis a los obreros.
¿Qué piensa de estos nuevos líderes que se observan en los movimientos sociales, estos jóvenes que parecen estar relevando a los líderes tradicionales?
Aquellos que siguen pensando que hay una solución, salen por fuera de sus direcciones. En eso juegan un papel principal los jóvenes, que van al frente. Le dicen basta a este tipo de direcciones que lo único que hacen es entregarlos. La estadística del propio gobierno dice que en la provincia de Buenos Aires hay más de 500 mil jóvenes de 18 a 25 años que no estudian ni trabajan. Y el Estado no tiene una política para salir al encuentro de esos jóvenes. Es un problema serio y los conflictos sociales van a ser cada vez más numerosos.
La oposición
¿Y qué rol juega la oposición en este conflicto?
La oposición le dio tiempo al gobierno después de las elecciones cuando parecía que estaba nocaut y quedó enredada en sus propios piolines, porque todos quieren ser candidatos presidenciales, todos quieren ser figura, entonces la oposición queda dividida totalmente y cae siempre en el juego de Kirchner.
¿Cuál es la salida política entonces?
Es a través de las multisectoriales, que nucleen distintas fuerzas políticas y sociales que también tienen que ponerse los pantalones largos y pensar en un país con todos los argentinos adentro. Tienen que cambiar muchas leyes y tiene que cambiar el sistema, porque el Estado está corrompido hasta los cimientos. Y el cambio lo puede hacer solamente la gente en la calle, no hay otra forma.
¿Algún conflicto en particular está por venir?
Sí, el ministro Julio De Vido la última vez que fue al Congreso dijo que habían derrogado el tarifazo del gas, pero en realidad fue una suspensión. Ahora, le sacaron el subsidio a las grandes empresas y el tarifazo va a regresar. En las próximas horas se va a concretar un aumento muy grande del gas.