
Lejos quedaron las declaraciones de la Presidenta acerca de la inmunización de la economía argentina respecto a la crisis y sus consecuencias. El panorama laboral se muestra desalentador. Qué dicen los gremios, el oficialismo y los analistas privados.
El intento del Gobierno por esconder los verdaderos efectos de la crisis económica financiera internacional sobre la dinámica del país quedó atrás hace tiempo. Sin embargo, aún persistía la visión de que el empleo no se vería afectado más allá de los vaivenes normales de las relaciones laborales.
Esa parodia de la realidad siempre fue sostenida por los números mágicos de Guillermo Moreno y el INDEC y por una complaciente Central Obrera, dirigida por Hugo Moyano.
Pero la verosimilitud de estabilidad económica se volvió insostenible y, en los últimos días, los feudos del kirchnerismo y el propio Gobierno salieron a reconocer que la precarización y la pérdida de puestos de trabajo no eran ajenos al país, sino que era un proceso que venía dilatándose y pronunciándose.
Según el organismo estatal de medición, en el último mes, la tasa de desempleo supero el 8 por ciento. Ayer, la CGT decidió aceptar que existen despidos ¨por goteo¨.
Ya la semana pasada, el máximo líder sindical, Hugo Moyano había alertado sobre la creciente desocupación e hizo saber sobre su desconfianza acerca de los datos difundidos por el INDEC respecto a la evolución y el mantenimiento del empleo.
De hecho, ya no se esconde que el Gobierno ha subsidiado miles de salarios para asegurar el mantenimiento de los puestos de trabajo y evitar el engrosamiento de la cifra de desocupados.
Actualmente, el Estado subsidia la cancelación de los sueldos de más de 77.000 trabajadores aunque en sólo diez días registró un aumento del 10 por ciento en la subvención.
En su último informe, el Ministerio de Trabajo informó que destinó 184 millones de pesos para el pago de sueldos de 77.884 trabajadores de empresas en crisis en el marco del Programa de Recuperación Productiva (Repro).
Esa cifra corresponde a los subsidios otorgados hasta el 30 de mayo. Pero el relevamiento previo, fechado el 20 de ese mes, consignó que los beneficios alcanzaban a 70.516 trabajadores por un monto total de 160 millones de pesos, es decir que, en diez días, la cantidad de subsidios se elevó en más de 7.300 casos, lo que representa un 10 por ciento.
En tanto, y como viene sucediendo, desde el sector privado, analistas y consultores alertan sobre la crisis en la que se está asentando el empleo en la Argentina.
El último relevamiento del Índice de Demanda Laboral (IDL) de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), registró una caída del 1,9 por ciento en el mes de mayo, en relación al mes anterior, alcanzando así un nivel de 51,3 puntos. Esta representa la cuarta baja consecutiva en el indicador. En términos interanuales, la baja acumulada de la demanda laboral es del 44,5 por ciento.
Asimismo, el Indice de Demanda Laboral ha alcanzado los mismos valores que a finales del año 2001, cuando se pronunció la crisis, y se ubica a 53,5 por ciento por debajo del registro de febrero del año pasado, cuando se había revertido la tendencia.
Desde la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, pronostican un futuro negativo para el mercado laboral del país durante lo que resta de este año.
La recesión económica, que comenzó a instalarse en el último trimestre de 2008, se está profundizando, disparada por la falta de políticas de fondo para la sustentabilidad de la industria y el campo y por la inacción ante la debacle mundial.
Todo ello, condena a que la demanda de trabajadores inicie el camino de la baja y promete un proceso de precarización y subempleo que, una vez instalado, será difícil revertir.
Fuente: Agencia de Noticias