Entre el 9 y el 12 de junio de 1956, murieron asesinados y fusilados 31 patriotas que, al mando del Gral. Juan José Valle se sublevaron contra un gobierno ilegítimo para defender la soberanía popular, avasallada por el gobierno militar instalado desde septiembre de 1955.
La historia comienza el 9 de junio con la detención en Florida, y su posterior asesinato, de un grupo de implicados en la sublevación de Valle contra el gobierno impuesto por la autodenominada "revolución libertadora".
En estos hechos, conocidos como "Operación Masacre", murieron acribillados en los basurales de José León Suárez, en horas de la madrugada del 10 de Junio: MARIO BRIÓN, VICENTE RODRÍGUEZ, CARLOS LIZASO, NICOLÁS CARRANZA y FRANCISCO GARIBOTTI.
Las ejecuciones de los militares en los cuarteles fueron, por supuesto, tan bárbaras, ilegales y arbitrarias como las de esos cinco civiles de los basurales.
El Capitán JORGE M. COSTALES y los civiles OSVALDO ALVEDRO, DANTE H. LUGO, CLEMENTE ROS y NORBERTO ROS, que al mando del Coronel JOSÉ A. IRIGOYEN, pretendieron instalar en Avellaneda el comando Valle, fueron capturados sin resistencia y asesinados en la Unidad Regional de la Policía de Lanús en la madrugada de ese mismo día 10 de junio.
El Coronel OSCAR L. COGORNO, jefe del levantamiento en La Plata, fue ejecutado en los primeros minutos del 11 de Junio, en el cuartel del Regimiento 7.
El Subteniente de Reserva ALBERTO ABADÍE, herido en la refriega, es previamente curado y al anochecer del 12 de Junio, considerado apto para el pelotón, al cual se enfrentó en el Bosque. También murieron en manos de las fuerzas de represión CARLOS IRIGOYEN, RAMÓN VIDELA y ROLANDO ZANETA.
El 10 de Junio, a mediodía, fueron juzgados en Campo de mayo los Coroneles ALCIBÍADES E. CORTINEZ y RICARDO SALOMÓN IBAZETA, junto a cuatro oficiales subalternos: DARDO N. CANO, ELOY L. CARO, JORGE L. NORIEGA y NÉSTOR M. VIDELA.
El tribunal resolvió no se condene a muerte a los siete acusados, en primera y en segunda instancia, pero el Almirante Isaac Francisco Rojas a cargo del PEN- ordena por decreto el fusilamiento pasando por sobre la cosa juzgada.
La orden se cumplió a las 3,40 de la madrugada del 11 de Junio junto a un terraplén.
Al mismo tiempo fueron fusilados en la Escuela de Mecánica del Ejército los cuatro suboficiales que, momentáneamente, la habían tomado: MIGUEL A. PAOLINI, ERNESTO GARECA, ISAURO COSTA y LUIS PUGNETTI.
En la Penitenciaría Nacional (de la Av. Las Heras) se fusila a los tres suboficiales del regimiento 2 de Palermo que intentaron tomarlo: HUGO E. QUIROGA, LUCIANO I. ROJAS y JOSÉ M. RODRÍGUEZ.
Ese mismo 11 de Junio es ametrallado y herido de muerte frente a las instalaciones del Automóvil Club Argentino MIGUEL ÁNGEL MAURIÑO, quien es dejado en el Hospital Fernández, donde falleció.
El 12 de Junio se entregó el General JUAN JOSÉ VALLE, a cambio de que cese la matanza, ante la amenaza de asesinar a un detenido por día hasta su detención. Fue fusilado esa misma noche en la Penitenciaría Nacional pese a que ya se había levantado Ley Marcial.
Todas estas ejecuciones se sucedieron en menos de 72 horas, en seis lugares distintos; todas ellas estaban calificadas por el artículo 18 de la Constitución Nacional: "...queda abolida para siempre la pena de muerte por motivos políticos..."
En algunos casos se aplicó retroactivamente la Ley Marcial a quienes habían sido detenidos con anterioridad a su dictado, en otros se pasó por sobre la cosa juzgada, en otros no se tomó en cuenta el desistimiento de la acción armada, que hacen a la primera intimación los acusados; en otros se aplicó la Ley Marcial cuando ya no estaba en vigencia.
Se trató, en definitiva, de un vasto asesinato, arbitrario e ilegal, de allí nacieron muchas de las tormentas que aún no se han calmado en nuestra Patria. Hubo también mucho de simbolismo en todas estas muertes “ejemplificadoras”, allí se nota la siniestra mano de la Masonería inglesa (aliada del jesuitismo perverso) a la que servían muchos de los usurpadores del poder en la “libertadora”.