viernes, 25 de septiembre de 2009

LA GIRA DE CRISTINA

El destacado analista político, Rosendo Fraga, efectúa un pormenorizado estudio sobre los objetivos de la gira hecha por la presidenta Cristina Fernández esta semana a los Estados Unidos y Venezuela, para participar en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas, las cumbres del G-20 y de los jefes de estado de África y América Latina .



El viaje que realiza Cristina Kirchner al exterior esta semana, tiene tres objetivos, más allá de la participación en la Asamblea Anual de las Naciones Unidas: la relación bilateral con los EEUU, la participación en la Cumbre del G20 y en la Cumbre de jefes de estado de África y América Latina que se realiza en la Isla Margarita, Venezuela.
Son pocos los avances que podrá lograr en la relación con los EEUU en el campo político. Obama hasta el momento ha recibido a cuatro presidentes de América Latina: Calderón, Lula, Bachelet y Uribe, en este orden cronológico.

Que los presidentes de México y Brasil hayan tenido prioridad sobre Argentina resulta lógico tanto por la dimensión, como por la importancia estratégica que ambos países tienen para Washington en el contexto latinoiamericano.

Pero no resulta tan lógica la prioridad de los dos restantes, cuyo PBI es menor que el argentino. La tiene Colombia por una razón estratégica que no tiene Argentina, como lo acaba de demostrar el reciente acuerdo entre Washington y Bogotá para el uso de siete bases militares en el país. En cuanto a Chile, fue el primer TLC de EEUU en América del Sur y es el país presentado por Obama como un modelo económico a seguir en la región, algo que no sucede con la Argentina.

La relación bilateral entre Argentina y los EEUU no es conflictiva como el caso de Venezuela, pero tampoco es buena como en los cuatro casos mencionados anteriormente.

Por esta razón, la Presidente buscará centrar su visita a la primera economía del mundo, más en el campo de las finanzas y los negocios que en el específicamente político.

Las gestiones que puedan realizarse para buscar cierto acercamiento con el FMI, algún acuerdo con parte de los bonistas que no entraron en el canje y las conversaciones con el Club de París, posiblemente sean el campo en el cual la Presidente argentina trate de mostrar algunos progresos, los que difícilmente pueda obtener en el ámbito político.

La participación en la Cumbre del G20, que tiene lugar en la ciudad de Pittsburgh el 24 y 25 de septiembre, es el segundo objetivo de este viaje.

Se trata de un ámbito internacional en el cual la Argentina tiene un rol singular, ya que integran el Grrupo sólo diecinueve de los más de doscientos países que integran la UN y también la UE.

Países europeos como España y Polonia han quedado fuera del Grupo y de América Latina lo integran tres: las dos primeras economías de la región (Brasil y México), más Argentina, que es la tercera. Por esta razón el país tiene en este ámbito el rol que no ha tenido en la agenda de Obama.

La Cumbre del G8 -las siete economías más desarrolladas más Rusia- se ha ido convirtiendo en las últimas reuniones en G14 -cuya formalización ha pedido Sarkozy- al incluir a China e India por Asia, Egipto y Sudáfrica por África y Brasil y México por América Latina. Argentina queda así fuera de este ámbito, pero no del G20, de allí la conveniencia de utilizar en plenitud su rol en él.

La crisis económica global ha dado al grupo un rol relevante, aunque no son muchas las medidas concretas que ha podido adoptar. No será una reunión fácil. Los países europeos piden mayor regulación del sistema financiero, en la que EEUU y el Reino Unido prefieren no avanzar para no aminorar el ritmo de la reactivación. El llamado grupo BRIC (Rusia, India, China y Brasil), integrado por las potencias económicas emergentes, reclama mayor poder de decisión en los organismos financieros internacionales y los países desarrollados demoran dársela.

La Argentina llega con un punto en contra y uno a favor. El primero es que, junto con Indonesia, fueron los únicos dos países del Grupo que se negaron a aceptar que el FMI inspeccionara sus sistemas financieros, algo que aceptaron todos los demás como un paso tendiente a mejorar la transparencia y la coordinación financiera internacional.

El segundo es que, junto con Brasil, logró que se aceptara la inclusión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -el organismo de la UN especializado en la temática laboral- en el Grupo, para integrar así la dimensión social de la problemática global.

Es posible que Argentina busque protagonismo junto con Brasil y las potencias emergentes, pero con algún perfil propio, el que no será fácil de definir en este ámbito, dado que el país es una de las economías más chicas del Grupo.

La gira de Cristina culmina en Venezuela en la Cumbre de los Jefes de Estado de África y América del Sur. En este caso será un encuentro en función de la llamada cooperación Sur-Sur, dentro del mundo en desarrollo.

Sólo Brasil, Argentina y Sudáfrica participarán en la Cumbre del G20 y en el encuentro de la isla Margarita.

Brasil buscará en este encuentro especial protagonismo y para ello viene dando en los últimos tiempos importancia a su dimensión afro-brasileña. Cabe señalar que en el último censo, 44% de la población se autodefinió como parda (o mulata) y 7% como negra. Es decir que más de la mitad de los brasileños étnicamente se asumen de origen afro.

Venezuela, dadas las características del liderazgo de Chávez, buscará tener un rol protagónico, alentando posiciones contra los EEUU.

Argentina probablemente tendrá un perfil más bien bajo, pero así como en Washington las gestiones económicas buscarán una diferenciación con el modelo chavista, en la isla Margarita habrá cierto acercamiento.


Fuente: Dr. Rosendo Fraga. Centro de Estudios Nueva Mayoría. www.nuevamayoria.com